viernes, abril 10, 2009

Los grandes 500 de unos pocos


El año 2003 la revista norteamericana Roling Stone, dedicada a la música y cultura popular, editó una lista con los quinientos (sí, 500) mejores discos de todos los tiempos, estableciendo una suerte de referente al momento de comprender la historia musical desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días.

Inclusive para personas con una pobre formación en términos de música popular, como yo, es innegable la relevancia de los autores citados en la lista (obviando el hecho de que corresponden al mundo anglo), y es inmediato concordar en que merecen su lugar ahí. También es posible llegar a conocer a genios de la música, poco populares por estas latitudes, que deben ser plato favorito de los más melómanos de nuestra sociedad (recomiendo a Van Morrison). Quizá, eso sí, podríamos no concordar con el orden de la lista.

Pero más allá del reconocimiento a la citada lista, o de la validez otorgada por los medios y los lectores de la revista que la publicó, su confección y contenido no estuvo exento de críticas. Para realizarla se consultó a 273 músicos de rock, críticos y figuras de la industria musical, los que entregaron una lista de 50 álbumes, cada uno, a partir de las cuales se confeccionó el ranking final. Las principales críticas recibidas (obviando el ya conocido detalle idiomático) se refieren a la época en la que se concentran los principales discos (décadas de 1960 y 1970), a los pocos grupos o solistas que se reparten las mejores posiciones (e.g. The Beatles, Bob Dylan ) y a los pocos elegidos para realizar tan importante tarea.

Más allá de las controversias, o del idioma, vale la pena escuchar cada uno de esos discos y comprender que están en esa lista no neceriamente porque son los que suenan más lindo, sino porque en su momento cambiaron el panorama de la música, rompieron los esquemas establecidos, impusieron estilo, y se establecieron como un referente que hasta nuestros días sigues influenciando a músicos de todo el mundo y todos los estilos, algunos ya consolidados y otros recién tomando sus guitarras.

Los invito a gastar menos ancho de banda en series o películas y destinarlo a bajar buena música (perdón, comprar buena música online).


"Revolución en Chile", Impresiones.


Texto escrito a propósito de la lectura del libro "Revolución en Chile", escrito por Guillemo Blanco y Carlos Ruiz-Tagle (1962) y publicado bajo el seudónimo de Sillie Utternut.


El primer Capítulo de “Revolución en Chile”, a decir verdad el libro completo, nos hace pensar sobre cómo es posible que un libro de similares características llegue a publicarse. Uno se atraganta contemplando la falta de profesionalismo y rigurosidad de la autora, y se ve atormentado por el contenido del libro del tal “Simpleton”, prácticamente un texto guía para Sillie. Después de pasar el trago amargo se nos hace gracioso ver como nuestra reportera intenta llevar a cabo su investigación, tomando fuentes por cualquier lado y sin poner en duda jamás las informaciones obtenidas.

La luz se ve cuando descubrimos que Sillie Utternut, la autora, es un alter ego (más que un seudónimo) de dos conocidos nuestros: Don Guillermo Blanco y Don Carlos Ruíz-Tagle. Ahí por fin comprendemos que el montón de banalidades de las que hemos sido testigos no es otra cosa que una gran sátira que involucra la visión que tienen los “gringos” de Sudamérica, la idiosincrasia del chileno y el ambiente social que se vive en nuestro país ad portas de una elección presidencial.

Una vez que sumamos la fantasía con la verdad nos damos cuenta que estamos ante un gran libro, que de manera inteligente y con un humor muy especial nos hace volar hasta el cielo, y desde esa perspectiva podemos ver, sentir y opinar de nuestro país de una manera diferente, como espectadores que comentan una película.

En lo personal, creo que este libro más que una novela de corte periodístico es un ejercicio mental que nos obliga abrir un poco los ojos y mirar de una manera distinta nuestra propia realidad. Además, de una u otra manera, refleja lo que se ve de nosotros en el “primer mundo”, aunque yo prefiero pensar que es lo que “ellos” quieren ver.

La Tercera es la Vencida


El tiempo pasa, las circunstancias cambian, los interes, las prioridades, los desencantos, los sueños las personas, los abrazos, las entregas, las mezquindades, ya no son los mismos. Tal vez hasta la esencia haya cambiado, pero no los sueños, ni los proyectos, tampoco las imágenes de una vida futura, ni las ganas de hacer algo. Bienvenidos, por tercera, vez a un intento de exposición letraria (sí, leyó bien, NO literaria). Ojalá podamos llevarnos bien en este intento y se puedan conectar sus intereses con los míos. De lo contrario, por lo menos sabrán lo que me interesa.